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Dispositivos GPS de control de anclajes

Los dispositivos de control por GPS podrían vulnerar la Cuarta Enmienda

Una opción de sentencia que ayuda a evitar la cárcel a los acusados que han sido declarados culpables es el uso de la vigilancia electrónica. En lugar de enviar a una persona a la cárcel, los tribunales imponen un "arresto domiciliario" por el que el acusado debe cumplir determinadas condiciones establecidas por el tribunal.

Este tipo de sentencia puede permitir al acusado seguir asistiendo a la escuela, al trabajo, a programas de asesoramiento y de alcohol o drogas, a citas médicas y a otras actividades aprobadas por el tribunal.

Una de las formas más comunes de vigilar al acusado es el uso de tobilleras electrónicas con capacidad de localización por GPS, que permiten a las fuerzas de seguridad seguir al acusado en todo momento.

Sin embargo, lo que muchos acusados -y sus abogados- pueden no saber es que muchos de estos dispositivos también tienen la capacidad de escuchar y grabar las conversaciones que la persona que lleva el monitor pueda estar teniendo, incluidas las conversaciones privilegiadas con sus abogados.

Muchos grupos de defensa de los presos y libertarios civiles afirman que estas escuchas constituyen una clara violación de los derechos constitucionales del acusado. Afirman que las escuchas y grabaciones de conversaciones a través del brazalete de vigilancia electrónica constituyen violaciones de la Cuarta Enmienda, de la Ley Federal de Escuchas Telefónicas y de muchas constituciones estatales individuales.

Un portavoz de la Unión Americana de Libertades Civiles señala que los acusados tienen derecho a la intimidad, así como a evitar la autoinculpación.

Esos derechos pueden verse vulnerados si la persona que lleva el brazalete de vigilancia no tiene ni idea de que sus conversaciones pueden ser escuchadas por las fuerzas de seguridad o incluso por las empresas de seguridad privada que suministran los brazaletes.

Los defensores de los brazaletes rechazan estas acusaciones de violación, alegando que cuando se abre la línea telefónica, se emite una vibración y un sonido de advertencia que avisa al acusado y una alerta sonora que se activa cuando se corta la línea telefónica.

Esa afirmación se puso a prueba en un tribunal de Puerto Rico cuando un abogado utilizó el brazalete que llevaba su cliente para comunicarse con la empresa de seguridad que lo controlaba.

Ni al principio ni al final de las conversaciones sonaron vibraciones o alertas sonoras. Los detractores de estas pulseras también señalan que las alertas de aviso pueden ser obviadas por la policía o las empresas de vigilancia en cualquier momento sin informar al acusado.

En este país hay aproximadamente 200.000 personas sometidas a vigilancia electrónica, lo que pone de relieve lo extendido que puede estar este problema.

Como mínimo, los defensores de los derechos civiles afirman que tanto los acusados como sus abogados deben ser notificados si el monitor utilizado tiene esta capacidad de escucha.

Para obtener más información sobre este tema por favor póngase en contacto con nuestros expertos del Grupo de Defensa Penal de Texas en (866) 557-4343 oa través de nuestra página de contacto.